Antes de probarlas, no estaba muy convencida de que fueran a funcionar, pero la verdad es que me he llevado una agradable sorpresa.
Lo primero que hice al recibirlas fue probarlas de día, y fue ponérmela y notar como que de repente me entraba más aire con cada inspiración. Fue instantáneo, en el momento en el que separé mis dedos de la tira ya me di cuenta de que funcionaba.
El siguiente paso, como no, iba a ser probarlas de noche. No tenía la nariz especialmente congestionada, ni soy una persona que ronque, pero la sensación de respirar mejor se agradece de todas formas.
Aunque suene raro, tengo ganas de estar resfriada para probar realmente su eficacia, y confío plenamente en que esa molesta congestión que se tiene cuando estamos acatarrados va a mejorar notablemente.
Lo mejor de todo es que las tiras nasales Breathe Right no llevan medicamento alguno, por lo que no nos tenemos que preocupar de estar tomando nada.
Sólo me queda pasar la prueba de fuego: convencer a mi padre de que las utilice y deje dormir por fin al resto de la familia. (Papá, sé que no me lees, pero aunque lo hicieras, sabes que es verdad)
Yo, junto con mis colaboradores, estamos probando las tiras Breathe Right clásicas, pero también las hay mentoladas, transparentes e infantiles.
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